Andrés Calamaro ha estado de gira en nuestro país con nueva entrega bajo el brazo. Dentro de su amplísima discografía, Romaphonic Sessions es una curiosidad sacada de su Caja de Pandora de grabaciones inéditas. Se trata de una reciente grabación de Andrés con el pianista Germán Wiedemer que a priori era un ensayo interno con un repertorio clásico de tangos (“Soledad” “Nueva Zamba para mi Tierra”, “Garúa”, “Biromes y Servilletas”, “Milonga del Trovador”) y adaptaciones de temas propios (“Mi Enfermedad” “Paloma” “Siete Segundos”, “Los aviones”). Para presentar Romaphonic Sessions Andrés Calamaro llega a la península con el tour Licencia para cantar, un elegante y austero despliegue que aborda bolero, jazz, tango y canción de autor.
De este disco hablamos con El Salmón.
Es esta una grabación accidental pero ¿su intención original era mostrar algo a Fernando Trueba o preparar un teloneo de Dylan?
Calamaro: Estas grabaciones las hicimos para mostrar a dos músicos buenos en Madrid, y cuajar ensayos con guitarra acústica y armónica cromática. Era un borrador hecho con la finalidad de cuajar ensayos con canciones de cierta enjundia armónica, como son los tangos o las canciones contemporáneas rioplatenses que ciertamente ofrecen un racimo de acordes nada vulgares.. Además de probar distintos registros para algunas de nuestras canciones. No fue entonces completamente accidental porque sabíamos lo que estábamos haciendo y cumplía aquello una función que finalmente cumplió. Anticiparnos un poco a unos ensayos que celebramos en Tablada 25. Permitir a los músicos una aproximación a canciones no frecuentes en mis conciertos habituales.
¿Cómo y por qué Germán Wiedemer?
Calamaro: Con Germán tocamos hace tres años. Nos encontramos para los ensayos de 2013 y la grabación de Bohemio; tenemos una banda eléctrica con otros cuatro compañeros de categoría. Ya habíamos compartido créditos de producción (y responsabilidades ad hoc) en el LIVE Jamón del Medio y en el LIVE DVD Pura Sangre, además estábamos formando una mancuerna en el estudio para varias cosas que ya grabamos juntos: una canción para “Canción de un Día” (24 horas de música sin interrupciones dirigidas por Javier Corcobado) y más colaboraciones que grabamos en Buenos Aires los dos. Germán es un gran pianista pero también tiene una personalidad formidable para ponerlo al frente de cuestiones prácticas de los ensayos y los conciertos, es un líder amable, tiene un oído brutal, elije la lista de canciones: es una persona y un músico de absoluta confianza.
Desconozco si el mundillo del tango en Argentina es tan integrista como a veces lo es el del flamenco aquí... ¿Cómo se han tomado en Argentina los entendidos que un cantante de pop-rock ose acometer sacrosantos standars de tango?
Calamaro: Al principio hubo reacciones adversas y supongo que seguirán siendo adversas, pero también hay sectores del tango que aceptan que muestre interés por el género y la liturgia. Un cantante profesional de tangos dijo que yo “no cantaba tango, que cantaba tangos”. Entendió que para mí son grandes canciones, extraordinaria colección de canciones: más que una liturgia que estoy … invadiendo. Otra cosa es la imperiosa necesidad de criticarlo todo, una enfermedad más propia de internet que del tango. Una enferma necesidad de oponerse a todo de forma agresiva pero escondido tras el tibio teclado, una nueva especie de inquisitorial moralista que se pronuncia radical en todos los terrenos pero no rompió el cascarón del huevo. Afortunadamente no participo en este movimiento coral de opiniones constantes y volví al papel impreso del que nunca debería haberme ido. No tengo internet, te estoy contestando desde un club cibernético ecuatoriano.
Del repertorio elegido, además de las propias, la mayoría ya las habías cantado en directo o grabado con anterioridad. ¿Era necesaria esa familiaridad con el material?
Calamaro: En el caso de los tangos y las canciones que ofrecen cierta complejidad armónica y melódica: si lo es. Ocurre como en los estándar de jazz: hay que conocer las melodías que se van a tocar o cantar, el territorio armónico que va a transitarse. Es fundamental conocer las melodías del tango porque son composiciones de partitura o instaladas en la historia. Puedo interpretar con mi propio estilo, también se espera eso de un intérprete; pero cierta familiaridad con una canción que presente interés y complejidad : es importante además de útil y bastante necesario.
Novedosas en tu voz (al menos que yo sepa) son “Garúa” y “Soledad” ¿Por qué fueron seleccionadas?
Calamaro: Garúa la habíamos ensayado para una gira anterior (dentro del segmento de posibles tangos y canciones para cantar con piano dentro de un repertorio de encarnadura eléctrica) pero nunca llegamos a tocarla; ahora fue reformulada en un territorio de compás y bolero, una forma original de interpretar el tango, sin énfasis en el compas del dos por cuatro.
Soledad ya la había cantado con el extraordinario guitarrista criollo Juanjo Domínguez, para su disco Sin Red (grabado en vivo en el estudio, según los cánones de la vieja escuel1a). Creo recordar que la elegí yo dentro del siempre valioso repertorio de Gardel con el letrista Alfredo Le Pera. En esta gira también se reconvierte en una canción despojada de los mandamientos rítmicos del tango y resulta una canción completa, formidable y universalista.
Finalmente Trueba escucha esta grabación (que le enseñaste como prueba) y dice que en sí misma se sostiene ¿Queda entonces algo pendiente con Fernando?
Calamaro: Si, después de escuchar estas grabaciones nos involucramos en un proyecto común que de momento nos espera. Fernando pensó para mi un repertorio universal, interesante y comprometido, y llegamos a grabarlo en forma de maqueta con German. Grabaciones parecidas a las del disco Romaphonico , pero enfocadas exactamente en el repertorio propuesto por Don Fernando. Era muy interesante pero en aquel momento no me encontré ciento por ciento seguro de mis facultades para grabar –inmediatamente- un repertorio de esta índole cosmopolita. Hasta donde llegamos fue interesante y espero poder recomponer el proyecto como disco posible. Yo me embutí en un otoño austero y cultural, y Trueba fue a filmar su próxima película.
¿Hay canciones que quedaran fuera del disco pero que se grabaran en estas mismas sesiones?
Calamaro: Supongo que sí, yo recuerdo dos que descartamos. También por la duración del disco, y porque no todas resultaban igual de interesantes. Y después lo que grabamos envueltos en la valiosa propuesta de Fernando, que también hicimos con el único acompañamiento del piano. Que responden a sesiones idénticas pero un poco posteriores.
Las Grabaciones Encontradas I y II contienen material circa 84-94... Esta sin embargo es grabación muy reciente ¿Entre medias no hay nada que pueda entrar en el futuro en esa etiqueta?
Calamaro: Caramba, en el medio hay cientos, quizás más de mil grabaciones. Muchísimo archivo experimental y dinamitero. Todas las grabaciones anteriores a Honestidad Brutal y las posteriores, las que hice después de El Salmón, y los descartes de El Salmón que eran más de cien canciones de descartes solamente de aquel álbum. Muchos materiales de treinta años a esta parte: Además de giras enteras y descartes de las grabaciones de los discos, periodos intensos de energía creativa desbordada; muchas grabaciones de estos últimos cinco años, algunas de las cuales presenté en la plataforma musical soundcloud; entonces fueron 2.233 grabaciones y artefactos musicales completamente inéditos. Supongo que podría haber impreso cincuenta de estas Grabaciones Encontradas. Por decir una cifra cualquiera. Pero varios episodios al mismo tiempo me confundieron; la primer crisis del formato físico, la lamentada explosión tecnológica, el auge de internet como prisión social y mis propias revoluciones internas. De todos modos no encuentro una explicación razonable para la interrupción de aquella colección. Ahora mismo estoy armando un Volumen 4 … Creo que podría seguir completando la colección incompleta de grabaciones encontradas los próximos veinte años! Enfrentarme con mi propio archivo es agotador, realmente debería dedicarle años para catalogarlo en condiciones.
¿Cómo observas el panorama socio-político en el país? Llegas en un momento pre-electoral…
Calamaro: Últimamente siempre llego en vísperas o resaca electoral, además de lo propio en Argentina donde las elecciones se celebran de a tres: las primarias abiertas y obligatorias, las elecciones propiamente dichas, y una segunda vuelta a la francesa. Aquí legue al día siguiente de las municipales, el día de las parlamentarias catalanas, y estaba aqui el 20D … Cuando se celebren las siguientes elecciones vamos a estar girando y en España. No soy optimista con la incertidumbre aunque no niego que existan motivos para proponer un cambio, ocurre que no comulgo que el cambio tal y como se presenta ahora mismo. Soy un ciudadano corriente, un transeúnte de la clase media; no soy un hombre rico ni vivo con mis padres hasta los treinta. Se la clase de agobios que sufre un habitante. Se lo que cuesta un kilo de carne y comprar comida dos o tres veces por semana; vestirse y vivir con normalidad. Hace cuarenta años no soy un adolescente! Creo que la política es un show alentado por las cadenas de televisión y los periódicos, se respira diferente en las redes que en la calle. No comparto la desmedida importancia que se le da a funcionarios autoproclamados “lideres”. Según mi modesto entender son opacos o charlatanes. Quizás somos minúsculos eslabones en un plan universal que responde a grupos que desconocemos y están orquestando la marrana: El destino euro-migratorio, el factor rabiosamente cosmopolita, la inquisitorial animalista, el pensamiento puritano digital, la corrección política entre comillas pero moralista hasta extremos insólitos. Un mundo donde no hay respiro para la mayor parte de la gente, que vive agobiada con gastos e impuestos, conforme con gastarse unos céntimos en ropa barata, tabaco y cerveza. Caramba, dicho así no suena tan mal, pero vivimos una época peligrosamente moralista y puritana, la izquierda es una experiencia adolescente y frívola, la ecología masoquista va camino a convertirse en una caricatura peligrosa de intolerancia e irrespeto por la libertad. Supongo que mucho de esto ocurre porque existe la vida virtual; viviendo vidas verdaderas no habría tiempo suficiente para estupideces o se aprovecharía el tiempo en otra cosas tangibles: como la tertulia, la lectura, escuchar música y el alegre pecado.
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